Clint Eastwood venía de rodar "Sin perdón" (Unforgiven, 1992), con la que había conquistado la taquilla, ganado el Oscar y resucitado el western. Muchos pensaron entonces que "A perfect World" sería una obra menor, de transición (rodaje rápido, presupuesto ajustado), pero todo en esta joya incontestable resultó una sorpresa. La historia de un recluso (atención al mejor Kevin Costner que verás jamás) que escapa de una prisión secuestrando en su huida a un niño es un relato original, emotivo e intenso, que lo mismo te dibuja una sonrisa que te hiela el corazón. Los caminos de la aventura de la infancia y la libertad de los adultos se entremezclan con fogonazos de violencia, paternidad ausente y destino incierto; una pura 'road movie' crepuscular filmada con la elegancia y maestría de los clásicos. Sin duda, una de las mejores películas norteamericanas de los años noventa.